A solo unas horas de someterse a la decisión de los salvadoreños en las urnas, el aspirante a la presidencia por ARENA subraya la necesidad de respetar los resultados de este domingo, reconciliar al sector político, y enumera sus prioridades si gana las elecciones.
Reconoce que la sociedad salvadoreña llega a estas elecciones más polarizada que antes. Acepta que se hubiesen podido cambiar algunas “formas” de decir las cosas en la campaña electoral, sobre todo en los spots televisivos, y se muestra insatisfecho de la violencia. Pero Rodrigo Ávila, especialmente, llega a este domingo confiado en que la decisión de la mayoría le permitirá el lunes 16 de marzo tomar las primeras medidas para atender la crisis económica, ya como presidente electo.
Su optimismo, sin embargo, no le ciega para aceptar un escenario distinto. “Respetaré la voluntad del pueblo”, dijo, tras lo cual remarcó la necesidad que en el país se construyan acuerdos mínimos de nación. Convenios que él se compromete a impulsar desde la presidencia o desde un partido de oposición.
¿Qué es lo primero que haría si resulta electo presidente?
Esa pregunta hay que responderla el lunes, pero lo que haríamos sería básicamente seguir con el plan que tenemos para comenzar la transición. Con profundidad le puedo responder hasta el lunes.
¿Pero tiene prioridades para los primeros 100 días de gobierno?
Por supuesto. Hay dos escenarios: el que va del 16 de enero al 31 de mayo y el que se dará después del 1.º de junio, que es cuando va el plan de los primeros 100 días. Ahí se tiene que consolidar la gran alianza con el sector privado para defender los empleos que ya existen y generar más y mejores empleos.
En el otro escenario hay que comenzar a preparar la ampliación de Red Solidaria, tomar medidas legislativas como la ley de genéricos para abaratar los precios de la medicina, pedir ayuda a este gobierno para la gestión inicial de la ampliación de los distritos de riego y el programa de vivienda.
Antes de sus planes, lo primero será lidiar con una crisis económica. ¿Qué medidas de emergencia impulsará para contrarrestarla?
Tenemos acciones importantes como la austeridad y eficiencia; eficacia en el manejo de proyectos y en fondos de gestión pública. También hay que trabajar los préstamos internacionales.
Una de las ventajas que tenemos es que nuestro plan de gobierno no ha sido diseñado como herramienta electoral. Nosotros tenemos planteados distintos escenarios porque no sabemos cómo nos va pegar la crisis, mas sabemos que nos va pegar.
En primer plano habla de austeridad, y en este gobierno se planteó el ahorro. ¿Funcionó o no?
Entiendo que se ha logrado el ahorro, lo que pasa es que las circunstancias de ahorita no son las de más adelante.
¿Austeridad implicará un recorte inmediato a presupuestos?
No, es no gastar innecesariamente en lo que no se debe gastar, y ahí debemos ser eficientes en el uso de combustible, de vehículos estatales, en el gasto de energía eléctrica...
Entonces, ¿se revisarían presupuestos como una de las primeras medidas para el ahorro estatal?
Es más importante hacer una redistribución presupuestaria para generar economías de escala. Hay que ver si hay instituciones con presupuestos sobrados, aunque ninguna va a decir que sí. Lo que debemos hacer es un estudio muy técnico y comenzar a generar esa gran alianza de país con el sector privado para apretarnos el cincho, defender los trabajos que ya existen. Todos nos vamos a tener que apretar el cincho.
¿Se puede exigir a los empresarios apretarse el cincho?
Más que una cosa de exigencia es una cosa de conciencia, y el Gobierno debe ser gestor de esta conciencia nacional. Por supuesto que pensamos tomar medidas legales para proteger el bolsillo de la gente más afectada, de la que está ahogada con la tarjeta de crédito, con créditos personales, de vivienda, porque ahorita hay amarres legales.
¿Qué reformas propondría si gana?
Por ejemplo, el FSV al igual que la banca estatal se rigen por las mismas normas que la banca normal, pero el FSV no puede estar bajo los mismos parámetros que exige la Superintendencia del Sistema Financiero cuando su fin es más de carácter social. Tenemos que hacer ajustes para ser más flexibles, para que desahoguemos un poco la presión a los que están apretados. En el tema de las tarjetas de crédito, por ejemplo, hay que sentarnos con las entidades financieras y los bancos para buscar un mecanismo en virtud de soltarles un poquito los encajes legales.
¿Cómo evitar el abuso?
Aquí es donde debemos hacer las cosas con mesura. Tenemos que ser muy cuidadosos porque hay que fomentar una cultura de pago, de responsabilidad y flexibilizar. No es que se va eximir a la gente de su responsabilidad, pero hay que dar condiciones más favorables y poner reglas claras para los que no cumplan.
¿No políticas de condonación?
Primero hay que dar un paso lógico, que es atenuar la crisis en los sectores más vulnerables.
¿Se compromete a impulsar la ley de tarjetas que lleva más de siete años en la Asamblea?
Hay que defender a los usuarios de la letra chiquita sin atropellar a nadie, vamos a defender a los consumidores. Hay que aprobar una ley del quedan que beneficie a los pequeños empresarios.
¿Y cómo quedan estos compromisos si no gana las elecciones?
ARENA siempre ha sido consecuente. Reconocemos que el fin ulterior de los partidos no son los partidos en sí mismos, estos son un vehículo para trabajar por el bienestar del país. Hemos hecho el mejor esfuerzo y hemos presentado la mejor propuesta; tenemos el mejor equipo y el apoyo del sector privado.
¿Pero cuál será la primer medida de Ávila si no gana la presidencia?
Si la gente tiene a bien elegirme como presidente, que espero así sea, seguiré dando lo mejor de corazón. Si es distinto, tengo paz en mi corazón, y si es la voluntad soberana del pueblo la voy a aceptar —tanto si gano como en una condición distinta— con humildad, responsabilidad y respeto.
¿Esperaría lo mismo del FMLN?
Por supuesto, aunque el señor (Mauricio) Funes expresa que no contempla ningún otro escenario, y sus comentarios han denotado prepotencia y soberbia. Yo estaré dispuesto a aceptar cualquier resultado, si este se da como reflejo soberano del pueblo.
Usted habla siempre de la segunda parte de los Acuerdos de Paz, ¿mantendría esta disposición si no llega a la presidencia?
Por supuesto. Nosotros sí estamos conscientes y claros que la razón de ser de los partidos es el bienestar del país.
¿Podemos esperar, gane o no gane, que ARENA tienda puentes de entendimiento con el FMLN?
Eso es lo que se necesita, acuerdos mínimos de nación. Eso lo hemos dicho desde el primer momento.
¿Coincide con quienes opinan que esta campaña dejó más polarizado al país?
Creo que sí, pero por las características de violencia y discurso que ha tenido. Yo he planteado los peligros de la influencia venezolana, pero aparte de eso, que cae por su propio peso, me he referido a la gente del FMLN con respeto.
¿Se siente satisfecho con la campaña que se ha hecho, con los spots de Fuerza Solidaria?
Tengo que reconocer que en el estilo, pero en el estilo, yo quizá tuviera una opinión distinta de cómo presentar las cosas. Pero el contenido es real, el problema es cuando se miente.
No como presidente de ARENA, ni como candidato presidencial, sino como salvadoreño, ¿se siente satisfecho del nivel de la campaña que llegó incluso a la violencia?
Por supuesto que no. Yo propuse que se prohibiera por decreto la pinta y pega.
Pero su partido lo hace
Disculpe, pero ARENA propuso en la Asamblea Legislativa la prohibición y nadie la apoyó.
Pero hace pinta y pega, y se predica con el ejemplo. ¿No cree que ARENA hubiese ganado más dando el ejemplo?
(Se admira)... Estamos en una carrera electoral, hemos sido respetuosos y propusimos una cosa que nadie quiso acompañar. ARENA da el ejemplo pintando postes de blanco, no hay una tan sola cara mía pintada en un poste.
Y si el domingo se dan hechos de violencia ¿qué podemos esperamos de Rodrigo Ávila?
He hecho un llamado para que esta sea una fiesta cívica, para que nadie ande con algún tipo de arma y, a las autoridades, para que a quien ande armado lo detengan, que lo metan preso. Que nadie salga a perifonear para decir que es peligroso ir a votar. La gente tiene que salir temprano a votar porque nos estamos jugando el futuro del país.