Cuarenta y seis congresistas de los Estados Unidos rubricaron una carta a la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, para solicitar acciones concretas en respuesta a los infundados alegatos de fraude electoral que ha hecho el FMLN en las últimas semanas.
“Líderes del principal partido de oposición, el FMLN, han afirmado que si ellos no ganan las elecciones presidenciales, esto sería consecuencia de un fraude”, señala el texto de la carta redactada el 4 de marzo pasado, aclarando el motivo por la cual fue escrita y dirigida a la más alta funcionaria del gobierno de Barak Obama.
En respuesta a esa acusación, reiterada continuamente por el candidato Mauricio Funes desde las elecciones del 18 de enero, los congresistas manifiestan serias dudas, y expresaron preocupación por los efectos que podrían tener estos alegatos alarmistas en el electorado salvadoreño.
“Estas aseveraciones sin fundamento”, reza la carta, “en una contienda electoral altamente competitiva, pone en riesgo la legitimidad de la futura elección presidencial y podría conducir a brotes de violencia política que han sido evitados con éxito hasta ahora, y que podrían generar un estado de inestabilidad y agitación social, tal y como sucedió en la cercana Nicaragua”.
La carta, que está circulando por el Congreso de los Estados Unidos, ha recogido hasta ahora la firma de 46 representantes de estados tan diversos como California, Virginia, Illinois, Washington, y de varios estados sureños.
Entre ellos hay un importante bloque de integrantes del partido republicano de Florida y de Texas que le han dado un apoyo casi incondicional a El Salvador en el tema de la legalización temporal de inmigrantes a través del TPS, así como en la ayuda económica y técnica que el país ha recibido en temas de seguridad pública y de desarrollo económico.
Funes no es Obama Los promotores de la carta, que incluye a los congresistas latinos Lincoln Días-Balart, Devin Nuñez e Ileana Ros-Lehtinen, repudiaron el uso que el candidato Funes está haciendo en su campaña de la imagen del presidente Obama.
Por esta razón, la carta le pide a la secretaria de Estado, Clinton, que “le exija al FMLN que deje de utilizar fotografías y vídeos del presidente Obama para crear la percepción engañosa de que el presidente de los Estados Unidos avala al FMLN”.
Esta comparación “engañosa” que Funes hace con el presidente de los Estados Unidos, y sus alegatos sin fundamento de que se está gestando un fraude electoral contra el FMLN, han generado malestar entre los miembros del congreso.
“El candidato presidencial del FMLN intenta presentarse a sí mismo como un moderado, pero sus acciones y declaraciones confirman el extremismo del FMLN”, sostiene la carta.
En efecto, Funes se ha comparado a sí mismo con Obama a lo largo de su campaña, y ha utilizado fotografías y vídeos del líder demócrata en sus “spots” de televisión, al punto de imitar sus anuncios.
En una primera etapa Funes se comparó con Obama el candidato, y después con él como presidente electo. En un anuncio que salió al aire por primera vez el pasado lunes 2 de marzo en varios canales de televisión, Funes aparece flanqueado por grandes fotografías de los presidentes Lula de Brasil y Obama de los Estados Unidos.
Intereses en juego Para contrarrestar las denuncias de fraude que Funes está haciendo ante la posibilidad de una derrota, la carta del 4 de marzo le pide a la secretaria Clinton que “las elecciones del 15 de marzo sean cuidadosamente monitoreadas, en vista de las amenazas potenciales a nuestros intereses de seguridad”.
Asimismo, le solicita “que aliente al FMLN para que evite todas las acciones que puedan generar riesgos a los intereses de seguridad de los Estados Unidos”.
La noción de que en las elecciones de El Salvador también están en juego los “intereses de seguridad de los Estados Unidos” no sólo responde a la preocupación por la inestabilidad social y por los posibles brotes de violencia que podría desencadenar una derrota del FMLN.
Los congresistas que firmaron la carta a la secretaria Clinton también están alertas a los riesgos latentes si Funes llegase a ganar las elecciones.
“Tenemos graves preocupaciones”, subrayan, “de que una victoria electoral del FMLN podría propiciar vínculos entre El Salvador y los regímenes en Venezuela, Irán, Cuba y otros estados que promueven el terrorismo, así como con otros regímenes no democráticos y con organizaciones terroristas”.
Si bien la postura oficial y diplomática de los Estados Unidos es mantener neutralidad ante el proceso electoral y respetar la decisión de los salvadoreños, los miembros del congreso de los Estados Unidos no se rigen por criterios de neutralidad.
Dado que son los congresistas de los Estados Unidos los que deciden qué países merecen su apoyo y cuánta ayuda económica se les puede atribuir a éstos de acuerdo a sus necesidades y a su afinidad política con los Estados Unidos, los congresistas sostienen que han tomado una postura con el fin de que se garantice la continuidad de la democracia.
“Reconocemos y celebramos los esfuerzos y el progreso hecho por El Salvador desde la firma del Acuerdo de Paz de 1992″, expresan, “y aplaudimos el hecho de que El Salvador se ha convertido en una verdadera democracia representativa. En este contexto, elogiamos las libres, justas, transparentes y pacíficas elecciones legislativas y municipales que se celebraron en El Salvador el 18 de enero de 2009″.
Por ello sería injusto, agregan, “que un amigo y aliado de los Estados Unidos como lo es El Salvador pueda ser colocado una vez más en la situación inmerecida de ser cuestionado debido a percepciones y preocupaciones de la posibilidad de un fraude en la próxima elección presidencial”.
“Líderes del principal partido de oposición, el FMLN, han afirmado que si ellos no ganan las elecciones presidenciales, esto sería consecuencia de un fraude”, señala el texto de la carta redactada el 4 de marzo pasado, aclarando el motivo por la cual fue escrita y dirigida a la más alta funcionaria del gobierno de Barak Obama.
En respuesta a esa acusación, reiterada continuamente por el candidato Mauricio Funes desde las elecciones del 18 de enero, los congresistas manifiestan serias dudas, y expresaron preocupación por los efectos que podrían tener estos alegatos alarmistas en el electorado salvadoreño.
“Estas aseveraciones sin fundamento”, reza la carta, “en una contienda electoral altamente competitiva, pone en riesgo la legitimidad de la futura elección presidencial y podría conducir a brotes de violencia política que han sido evitados con éxito hasta ahora, y que podrían generar un estado de inestabilidad y agitación social, tal y como sucedió en la cercana Nicaragua”.
La carta, que está circulando por el Congreso de los Estados Unidos, ha recogido hasta ahora la firma de 46 representantes de estados tan diversos como California, Virginia, Illinois, Washington, y de varios estados sureños.
Entre ellos hay un importante bloque de integrantes del partido republicano de Florida y de Texas que le han dado un apoyo casi incondicional a El Salvador en el tema de la legalización temporal de inmigrantes a través del TPS, así como en la ayuda económica y técnica que el país ha recibido en temas de seguridad pública y de desarrollo económico.
Funes no es Obama Los promotores de la carta, que incluye a los congresistas latinos Lincoln Días-Balart, Devin Nuñez e Ileana Ros-Lehtinen, repudiaron el uso que el candidato Funes está haciendo en su campaña de la imagen del presidente Obama.
Por esta razón, la carta le pide a la secretaria de Estado, Clinton, que “le exija al FMLN que deje de utilizar fotografías y vídeos del presidente Obama para crear la percepción engañosa de que el presidente de los Estados Unidos avala al FMLN”.
Esta comparación “engañosa” que Funes hace con el presidente de los Estados Unidos, y sus alegatos sin fundamento de que se está gestando un fraude electoral contra el FMLN, han generado malestar entre los miembros del congreso.
“El candidato presidencial del FMLN intenta presentarse a sí mismo como un moderado, pero sus acciones y declaraciones confirman el extremismo del FMLN”, sostiene la carta.
En efecto, Funes se ha comparado a sí mismo con Obama a lo largo de su campaña, y ha utilizado fotografías y vídeos del líder demócrata en sus “spots” de televisión, al punto de imitar sus anuncios.
En una primera etapa Funes se comparó con Obama el candidato, y después con él como presidente electo. En un anuncio que salió al aire por primera vez el pasado lunes 2 de marzo en varios canales de televisión, Funes aparece flanqueado por grandes fotografías de los presidentes Lula de Brasil y Obama de los Estados Unidos.
Intereses en juego Para contrarrestar las denuncias de fraude que Funes está haciendo ante la posibilidad de una derrota, la carta del 4 de marzo le pide a la secretaria Clinton que “las elecciones del 15 de marzo sean cuidadosamente monitoreadas, en vista de las amenazas potenciales a nuestros intereses de seguridad”.
Asimismo, le solicita “que aliente al FMLN para que evite todas las acciones que puedan generar riesgos a los intereses de seguridad de los Estados Unidos”.
La noción de que en las elecciones de El Salvador también están en juego los “intereses de seguridad de los Estados Unidos” no sólo responde a la preocupación por la inestabilidad social y por los posibles brotes de violencia que podría desencadenar una derrota del FMLN.
Los congresistas que firmaron la carta a la secretaria Clinton también están alertas a los riesgos latentes si Funes llegase a ganar las elecciones.
“Tenemos graves preocupaciones”, subrayan, “de que una victoria electoral del FMLN podría propiciar vínculos entre El Salvador y los regímenes en Venezuela, Irán, Cuba y otros estados que promueven el terrorismo, así como con otros regímenes no democráticos y con organizaciones terroristas”.
Si bien la postura oficial y diplomática de los Estados Unidos es mantener neutralidad ante el proceso electoral y respetar la decisión de los salvadoreños, los miembros del congreso de los Estados Unidos no se rigen por criterios de neutralidad.
Dado que son los congresistas de los Estados Unidos los que deciden qué países merecen su apoyo y cuánta ayuda económica se les puede atribuir a éstos de acuerdo a sus necesidades y a su afinidad política con los Estados Unidos, los congresistas sostienen que han tomado una postura con el fin de que se garantice la continuidad de la democracia.
“Reconocemos y celebramos los esfuerzos y el progreso hecho por El Salvador desde la firma del Acuerdo de Paz de 1992″, expresan, “y aplaudimos el hecho de que El Salvador se ha convertido en una verdadera democracia representativa. En este contexto, elogiamos las libres, justas, transparentes y pacíficas elecciones legislativas y municipales que se celebraron en El Salvador el 18 de enero de 2009″.
Por ello sería injusto, agregan, “que un amigo y aliado de los Estados Unidos como lo es El Salvador pueda ser colocado una vez más en la situación inmerecida de ser cuestionado debido a percepciones y preocupaciones de la posibilidad de un fraude en la próxima elección presidencial”.
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