El candidato arenero reveló ayer que arreciará su campaña proselitista de cara a la elección presidencial de marzo próximo. Rodrigo Ávila no descarta que su mitin de cierre de campaña sea en el municipio de Izalco, donde el partido de derecha hace su apertura de proselitismo.
R odrigo Ávila ingresó al municipio de El Rosario, en La Paz, pedaleando una bicicleta que ondeaba 14 banderas del partido que lo postula como su candidato presidencial. Eran las 11:30 a. m., cuando Ávila hizo su inusal ingreso a este poblado ya con casi dos horas de retraso. “ Ve, todavía se acuerda cuando era niño”, exclamó una mujer al observar cómo Ávila, vestido de jeans y camisa blanca, pedaleaba y pedaleaba. La militancia y simpatizantes areneros se arremolinaban en torno a su candidato, pero Rodrigo se abría paso. Tras unos minutos, Ávila dejó la bicicleta —propiedad del payaso Pirulo— y comenzó a caminar por las calles del municipio. Saludos, abrazos, fotografías y reparto de camisetas dominaban la escena. Cerca del mediodía, el candidato hablaba en el corazón del pueblo para pedir a sus habitantes el voto a su favor el 15 de marzo próximo. Con ello cerraba su visita a este municipio.
Los carros todoterreno comenzaron a salir de El Rosario, un municipio donde el partido de gobierno tiene bajo su control la comuna. La caravana enfiló hacia una casa de campo en una hacienda ubicada en el cantón Comalapa. Ahí Ávila sería entrevistado vía satélite por Jorge Ramos, periodista de Univisión. La enrevista comenzó a las 1:36 p. m. Ávila y Ramos hablaron por espacio de 18 minutos. La agenda fue variada: desde la crisis económica mundial hasta los temas salvadoreños: la delincuencia, la economía, debate frustrado en CNN, las tropas en Iraq y su trabajo como director de Policía desde el cual, según le dijo a Ramos en reiteradas ocasiones, defendió “la vida de muchos salvadoreños” y lo volvería a hacer, afirmó. A la 1:54 p. m. terminó la entrevista. Ávila y Ramos tuvieron tiempo para hablar un par de minutos más, pero ya fuera de cámaras y micrófonos. “Usted se deja ir con todo, mano”, le dijo el candidato a Ramos.
Ya la entrevista era cosa del pasado. San Luis Talpa, en La Paz, esperaba ahora por Ávila. Aquí la militancia supo “matar” la tardanza de la aparición del candidato arenero viendo el otro partido: Real Madrid-Liverpool, el juego de ida por la Liga de Campeones que se disputaba en el Santiago Bernabéu. La pantalla gigante instalada al interior de un comedor tenía entretenidos a los areneros que dejaron ver sus sentimientos hacia el FC Barcelona cuando un inusual remate de cabeza del israelí Yossi Benayoun se incrustaba en el fondo de la portería de Iker Casillas a tan solo ocho minutos del final del partido. El juego estaba por agonizar. Los areneros seguían “pegados” en sus sillas, pero la retirada obligada del “estadio” se tuvo que dar: Ávila se paraba frente a la entrada de San Luis Talpa. Ya faltaban cinco minutos para el final del partido Real Madrid-Liverpool, pero ahora a los areneros les esperar su propio partido, ARENA, y acompañar a Rodrigo Ávila, que viajaba en un jeep descapotado para pedir el voto en su recorrido por las calles y avenidas de este municipio.
Ávila saludaba, repartía sonrisas y lanzaba camisetas desde el vehículo a cuanto se le pusiera enfrente. La visita concluyó también sin novedad, pues se especuló desde temprano que la alcaldesa pecenista reelecta de Santiago Nonualco, Marvin de Canales, llegaría a brindarles su apoyo al candidato arenero, pero no ocurrió.
Ahora el destino del puerto de La Libertad, en el departamento del mismo nombre, esperaba por la caravana que seguía a Ávila tras la salida de San Luis Talpa, tierra que desde mayo próximo será gobernada por los efemelenistas. Así fue. El presidenciable visitó este municipio de la costa del pacífico para recorrer con el ocaso del sol las dos calles principales que pasan por el corazón de este poblado gobernado por una coalición de derecha e izquierda (PDC-FMLN). Allí, el candidato se bajó del auto para dirigirse a una mujer que vendía pupusas y que, por su vestimenta, era simpatizante efemelenista. La mujer de tez morena solo se sonreía cuando el candidato le dirigía la palabra. Al final, los flashes de las cámaras inmortalizaban el momento.
Ávila luego se dirigió hacia el automotor para continuar desde ahí recorriendo las calles de la ciudad puerto. Tras una hora con 15 minutos, el candidato concluye su actividad. Llega ahora a un centro comercial. Saludos, fotografías, camisas vuelven a dominar la escena. Dos mujeres con rasgos de extranjeras son movidas por la curiosidad. Se acercan a Ávila. Este las saluda para luego hablar con ellas en inglés. La foto del recuerdo no pudo faltar. Ávila salió luego rumbo a la capital. Una jornada más había terminado en el terreno en busca del voto que lo lleve a la presidencia.
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