Rodrigo Ávila se mezcló ayer por la tarde entre los transeúntes y las decenas de empleados, que a esa hora ya habían dejado su jornada de trabajo, para emprender su regreso a casa. Las fotografías con el candidato, los abrazos, los saludos y el reparto de camisetas era el denominador común de la escena.
“Quiero tomarme una foto con el señor presidente” exigió una mujer, quien de inmediato se abrió paso para llegar al candidato. El momento se inmortalizó como lo demandaba la simpatizante.
Y mientras Ávila repartía sonrisas, besos, abrazos y tenía tiempo para responder preguntas a la prensa nacional e internacional, un grupo de niños estudiantes sorprendieron al candidato arenero. “Rodrigo, Rodrigo, Rodrigo…” decían eufóricos los infantes que desde el interior del autobús y parados sobre sus asientos saludaban con sus pulgares levantados de ambas manos al presidenciable arenero.
“Hey, cipotes, gracias, muchas gracias”, respondía Ávila a la acción espontánea de los menores que dejaron de ver al candidato a medida que el autobús que los transportaba se retiraba. Ávila, tras caminar por varios minutos sobre el asfalto del bulevar del Ejército, se dirigió hacia el centro comercial Plaza Mundo, que alberga a decenas de comercios en su interior. Cuando el candidato ingresó al inmueble fue recibido con aplausos y vivas por parte de quienes se encontraban. Las adhesiones de respaldo y de apoyo hacia Ávila no se dejaron de sentir. El candidato pidió el voto para este 15 de marzo.
Horas antes de esta aparición, Ávila, junto a su esposa, Celina, y miembros del equipo de plan de gobierno —entre ellos René León y Rafael Lemus— habían asistido a la fábrica de boquitas Diana donde su gerente general y ex precandidato arenero a la presidencial de la República, Hugo Barrera, le esperaba para que cortara la cinta simbólica que daba por inaugurado el centro de atención infantil de la empresa, que brindará cuido, salud, alimentación a hijos de los empleados de entre tres meses a dos años de edad. “Es un acto de justicia y de defensa del salario de nuestros trabajadores”, dijo Barrera previamente.
Ávila, tras dejar Soyapango, ya entrada las primeras horas de la noche, emprendió hacia otro bastión efemelenista: el municipio de Ilopango. El candidato viajó a ese lugar en la búsqueda del respaldo popular que le permita ganar los comicios presidenciales a celebrarse dentro de 11 días.
“Quiero tomarme una foto con el señor presidente” exigió una mujer, quien de inmediato se abrió paso para llegar al candidato. El momento se inmortalizó como lo demandaba la simpatizante.
Y mientras Ávila repartía sonrisas, besos, abrazos y tenía tiempo para responder preguntas a la prensa nacional e internacional, un grupo de niños estudiantes sorprendieron al candidato arenero. “Rodrigo, Rodrigo, Rodrigo…” decían eufóricos los infantes que desde el interior del autobús y parados sobre sus asientos saludaban con sus pulgares levantados de ambas manos al presidenciable arenero.
“Hey, cipotes, gracias, muchas gracias”, respondía Ávila a la acción espontánea de los menores que dejaron de ver al candidato a medida que el autobús que los transportaba se retiraba. Ávila, tras caminar por varios minutos sobre el asfalto del bulevar del Ejército, se dirigió hacia el centro comercial Plaza Mundo, que alberga a decenas de comercios en su interior. Cuando el candidato ingresó al inmueble fue recibido con aplausos y vivas por parte de quienes se encontraban. Las adhesiones de respaldo y de apoyo hacia Ávila no se dejaron de sentir. El candidato pidió el voto para este 15 de marzo.
Horas antes de esta aparición, Ávila, junto a su esposa, Celina, y miembros del equipo de plan de gobierno —entre ellos René León y Rafael Lemus— habían asistido a la fábrica de boquitas Diana donde su gerente general y ex precandidato arenero a la presidencial de la República, Hugo Barrera, le esperaba para que cortara la cinta simbólica que daba por inaugurado el centro de atención infantil de la empresa, que brindará cuido, salud, alimentación a hijos de los empleados de entre tres meses a dos años de edad. “Es un acto de justicia y de defensa del salario de nuestros trabajadores”, dijo Barrera previamente.
Ávila, tras dejar Soyapango, ya entrada las primeras horas de la noche, emprendió hacia otro bastión efemelenista: el municipio de Ilopango. El candidato viajó a ese lugar en la búsqueda del respaldo popular que le permita ganar los comicios presidenciales a celebrarse dentro de 11 días.
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